La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.

El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.

En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.

25 de mayo de 2010

Programa electoral de la ORT en 1977

Pegatina de Unión de Juventudes Maoístas pidiendo el voto para los jóvenes, 1977 (Archivo La Alcarria Obrera)

El 15 de junio de 1977 se celebraron las primeras elecciones legislativas del postfranquismo. Los que insisten en el carácter modélico de la Transición española se olvidan que a ese proceso electoral no se pudieron presentar los partidos políticos que cuestionaban la monarquía o que defendían la ruptura con el pasado dictatorial; unas elecciones viciadas y sin libertades democráticas para la izquierda radical. A pesar de todas las trabas, algunos grupos políticos presentaron candidatura en algunas circunscripciones, camuflando su nombre bajo distintas denominaciones. Así, la Organización Revolucionaria de los Trabajadores (ORT) impulsó las Candidaturas de Trabajadores, de las que ofrecemos su programa para Madrid.

Programa electoral de la Candidatura de los Trabajadores de Madrid.
I
La Candidatura de los Trabajadores de Madrid representamos a una parte de los hombres y mujeres que en toda España hemos venido luchando por acabar con la dictadura fascista que impuso Franco al servicio de los intereses de los banqueros y de los grandes industriales y terratenientes.
Somos, pues, partidarios de un régimen democrático, en el que los trabajadores podamos defender y reivindicar libremente nuestros derechos sin sufrir por esta causa represión, amenaza y despido y cárcel. Partidarios de una España democrática, abierta al protagonismo político del pueblo.
Por ello y para ello:
1. Exigimos el inmediato reconocimiento de las libertades de reunión, expresión, manifestación y asociación. Defendemos la legalización de la Organización Revolucionaria de los Trabajadores (el Partido de la clase obrera que defiende los intereses de todo el pueblo) y de los otros partidos democráticos no legalizados por el Gobierno Suárez. Exigimos la Amnistía Total.
2. Reclamamos el derecho de las nacionalidades a sus estatutos de autonomía y a su autodeterminación. Sólo de esta forma se podrá establecer la libre unión de los pueblos, regiones y nacionalidades de España. Defendemos el reconocimiento como lenguas oficiales el catalán, euskera, gallego y castellano.
3. Queremos la separación de la Iglesia y del Estado y defendemos la libertad religiosa. Rechazamos la injerencia de la Jerarquía de la Iglesia Católica dirigida a impedir a los creyentes su participación en el movimiento obrero y popular.
4. Queremos una política exterior basada en la independencia y soberanía nacional y en la coexistencia pacífica. Rechazamos la presencia de las bases militares norteamericanas y los tratados internacionales, que merman nuestra soberanía.
Queremos que España sea mantenida al margen de los bloques militares que encabezan las dos superpotencias EE UU y URSS.
Queremos que se reorganice y democratice el Ejército y que se atiendan los derechos de los soldados.
5. Proponemos la inclusión de los principios y derechos arriba enunciados, en la Constitución que ha de elaborarse; así como la anulación de todas las leyes políticas de la época franquista, cuya única misión era privar de libertad al pueblo.
6. Afirmamos el derecho del pueblo a decidir la forma de Gobierno, a elegir entre Monarquía y República. No aceptamos que se dé por intocable la monarquía que impuso Franco en 1969. Nos pronunciamos por la República Democrática, ya que ésta es el marco mejor para las libertades y los intereses de la clase obrera y de todo el pueblo.
La realización de estas medidas es necesaria para hablar de la existencia de un régimen democrático en España.
II
España ha sido el paraíso para esa minoría que es la oligarquía (banqueros, grandes industriales y terratenientes) enriquecida enormemente a costa de los esfuerzos del pueblo trabajador. Para éste sólo han sido las migajas del desarrollo económico realizado con sus brazos. Los trabajadores quieren que la democracia por la que tanto han luchado traiga una España más justa para todos los explotados y oprimidos por esa ínfima minoría oligárquica, que actúa como dueña de toda España.
La Candidatura de los Trabajadores queremos un Madrid que deje de ser negocio para banqueros, inmobiliarias, intermediarios y burócratas. Un negocio hecho a base de especular con las necesidades más vitales de la creciente población trabajadora madrileña.
Por ello reivindicamos:
7. Para los trabajadores de la ciudad y el campo: un puesto de trabajo, un salario justo y suficiente, un seguro de desempleo al 100 por 100, una jornada laboral de 40 horas, control de la seguridad social e higiene y jubilación a los 60 años (55 en las minas) con el 100 por 100 del salario real, y revisión de acuerdo al aumento del nivel de vida.
8. Para los campesinos: precios justos a sus productos, seguridad social a cargo del Estado, equipamientos colectivos de maquinaria, semillas y asistencia técnica.
9. Para la mujer: plena igualdad ante la ley, aboliendo todas las actuales discriminaciones y estableciendo una igualdad real de oportunidades, derecho al control de su cuerpo.
10. Para la juventud: derecho de voto a los 18 años, participación en todas las esferas de la actividad social, formación cultural y profesional.
11. Para los profesionales y técnicos: contratación y empleo adecuado, oportunidades para ejercer sus funciones y utilizar sus conocimientos al servicio de la mayoría, impulso a su labor investigadora científica, técnica y cultural, que contribuya a librar a España de la dependencia tecnológica frente al extranjero en la que nos ha hundido la oligarquía.
12. Para la pequeña industria y comercio: una política de protección y desarrollo frente a la expoliación de que son objeto por los monopolios y el Estado de la oligarquía.
13. Para la satisfacción de los intereses comunes a todas las capas y sectores populares:
-Protección de la familia y justa ley de divorcio.
-Nacionalización del suelo urbano. Esto posibilitará acabar con la especulación y que en todos los barrios se instalen escuelas, guarderías, mercados y consultorios.
-Garantizar una vivienda digna para todos en sus barrios, cuyos alquileres no excedan del 10 por ciento del salario. Congelación de los Planes parciales y Junta de Compensación. Conservación del Casco Urbano de Madrid y de todos los pueblos.
-Que el transporte público urbano (Metro, EMT, Periféricos e Interurbano) facilite la vida y el trabajo del pueblo en lugar de ser medio de enriquecimiento para unos pocos.
-Sanidad garantizada para todos, creando ambulatorios y servicios asistenciales mejor dotados. Seguro obligatorio para toda la población.
-Enseñanza gratuita y obligatoria hasta los 16 años. Nacionalización progresiva de la misma, haciendo una escuela pública, laica y democrática con la participación de los enseñantes, padres y alumnos en su gestión.
-Municipalización de todos los abastos y creación de una red de mercados municipales que sustituyan las actuales galerías de alimentación y favorezcan el abaratamiento y calidad de los productos. Eliminación de los intermediarios innecesarios.
-Legislación anticontaminante que elimine las industrias nocivas y peligrosas en las zonas próximas a la población. Ampliación y mejora de las zonas verdes de Madrid. Defensa de las reservas ecológicas de Gredos, Guadarrama y Pinares de Balsain.
-Promoción de las actividades culturales de todo el pueblo.
La consolidación de la democracia, una vez ganada, dependerá de la satisfacción de estas reivindicaciones. Ya que el pueblo ha luchado por la democracia la mantendrá con su lucha en tanto ésta le traiga una mayor atención a sus intereses.
III
Una solución popular para que la crisis económica no la paguen los trabajadores
Actualmente la economía española atraviesa una profunda crisis: un millón de parados, quiebra de la pequeña y mediana industria y comercio, subida alarmante de los precios, anarquía de la producción industrial, funcionando, además, sólo al 70 por 100 de su capacidad real, ruina progresiva del campo en relación a sus posibilidades.
Los únicos responsables de esta crisis son la oligarquía y el imperialismo, fundamentalmente el norteamericano, que detentan los principales resortes de la economía; sin embargo, pretenden hacérsela pagar al pueblo.
En medio de la crisis la oligarquía sigue obteniendo grandes beneficios y al mismo tiempo evaden para su seguridad capitales a los bancos extranjeros; por su lado, el imperialismo norteamericano acrecienta su intromisión y saqueo de nuestra riqueza.
El pueblo debe unirse y luchar para evitar que el peso de la crisis caiga sobre sus espaldas y para lograr que la paguen sus causantes. El pueblo debe unirse y luchar contra el poder político del que se sirve la oligarquía y el imperialismo, y para acabar con el absoluto control de éstos poseen de los sectores fundamentales de la economía; acometiendo las transformaciones que ésta requiere para darle una salida popular a la crisis.
Para ello:
14. Proponemos una política de nacionalizaciones: en primer lugar de la Banca, medida imprescindible para abaratar el crédito a los pequeños y medianos empresarios y campesinos, y para conseguir que el dinero de todos no lo manejen un puñado de banqueros para su enriquecimiento personal; nacionalización de las grandes industrias y monopolios comerciales que ejercen un papel decisivo en el funcionamiento de la economía del país, para que se dejen de orientarse en función del exclusivo interés de la oligarquía y del imperialismo extranjero.
Esta política de nacionalizaciones se hará con el completo respeto a los pequeños y medianos accionistas. Al mismo tiempo se la nacionalización se implantará el control democrático de los trabajadores.
15. Exigimos la inmediata Reforma Fiscal que grave, fuerte y crecientemente las grandes propiedades y rentas y que alivie la pesada carga de impuestos que hoy soportan los trabajadores y pequeños empresarios y campesinos.
16. Queremos una Reforma Agraria que, de acuerdo al principio “la tierra para el que la trabaja”, permita el acceso a la propiedad a los jornaleros, arrendatarios y aparceros, expropiando las grandes propiedades latifundistas, generalmente mal explotadas. Promovemos la modernización del sector agrario, y el fin de una política de importaciones que perjudica a la agricultura y al desarrollo del conjunto de la economía. Exigimos la eliminación del control de los intermediarios monopolistas sobre la comercialización y transformación de los productos agrarios.
17. Exigimos el control de las actividades en España del capitalismo imperialista extranjero: reivindicamos la revisión de toda la legislación actual realizada por los Gobiernos de Franco y la Monarquía.
La Constitución que ha de elaborarse para ser democrática debe permitir la realización de las medidas aquí señaladas, que van en la línea de impulsar la transformación económica que España necesita para su progreso, librándola de la dominación oligárquica e imperialista.
IV
Te pedimos un voto y también un brazo para que juntos hagamos verdad este programa
La experiencia dice que nada se consigue sin lucha. La clase obrera y las demás clases populares deben unirse para conquistar todas las reivindicaciones arriba expuestas y para realizar las transformaciones políticas y económicas que implica. La sociedad actual ya está madura para ello, son plenamente justas y realizables y su conquista depende de la unidad y de la lucha del pueblo trabajador, encabezada por la clase obrera.
A la lucha electoral se presentan aislados partidos y organizaciones que deberían haberse unido para librar con éxito esta batalla y para derrotar a las llamadas “Unión de Centro Democrático” y Alianza Popular”, ya que ambas defienden los intereses de la oligarquía y del imperialismo.
Sin embargo, la unidad en un auténtico Frente Popular sigue siendo y será cada vez más necesario para conquistar y consolidar la democracia y para unir la lucha diaria de todo el pueblo por sus reivindicaciones.
Por ello:
18. Nos declaramos partidarios de la formación de un auténtico Frente Popular en el que se incluyan todos los partidos, asociaciones, sindicatos y hombres y mujeres dispuestos a combatir unidos por la conquista de los objetivos populares y por la defensa de sus intereses.
Nos declaramos también partidarios de la unidad sindical de los trabajadores.
Llamamos a todo el pueblo a que apoye por todos los medios que estime conveniente nuestra candidatura, puesta en pie por el único afán de defender sus ideas e intereses.
También os pedimos vuestro voto con la confianza de que será un paso en la conquista de este programa.
Candidatura de los Trabajadores de Madrid.
El voto útil para el pueblo.

23 de mayo de 2010

Isabel Muñoz Caravaca y la masonería

Vista de Atienza (Archivo La Alcarria Obrera)

Nicolás Díaz Pérez escribió varios artículos bajo el título común de "Datos para escribir la Historia de la Orden de los Caballeros Francmasones en España", que fueron publicados en la madrileña Revista de España. En uno de ellos, que se puede leer en su número de marzo de 1891, insertaba una carta de Isabel Muñoz Caravaca en respuesta a una pregunta del autor sobre una casa, propiedad de ésta, en la que pudo tener su taller la primera logia de la capital de España. La respuesta de Isabel Muñoz Caravaca muestra su carácter inquieto y erudito y es prueba de esa facilidad que tenía para convertir un asunto menor en un tratado científico; en 1890 y antes de enviudar de Ambrosio Moya de la Torre, ya se traslucía todo su potencial intelectual, que a la menor oportunidad se evidenciaba más allá del discreto ámbito doméstico, como se pudo en evidencia muy poco después, al hacerse cargo de la Escuela de Atienza. Además, nos ofrece pistas sobre la ideología progresista y la desahogada economía de su padre y, justo es decirlo, también da cuenta del derroche que ella y su marido hicieron de sus respectivas herencias, según decía la tradición familiar.

Madrid, 14 de Diciembre de 1890.
Ilmo. Sr. D. Nicolás Díaz y Pérez.
Muy señor mío y de mi mayor distinción: He recibido con gran retraso su muy grata del día 6; me encontraba en el campo y hasta hoy no he regresado á Madrid.
Me pide usted unos datos que apenas puedo darle; pero con buena intención no hay montaña tan inaccesible que no pueda subirse siquiera hasta la mitad. Poco sé de "Duendes"; nada sabía de francmasones; pero tengo sin igual complacencia en ocuparme de este asunto. Diré á usted lo que creo saber y si es útil, desde luego me felicito, y si no, no será por lo menos completamente estéril que hablemos del asunto, pues mejor sabe usted que yo cuánto alumbran las más pequeñas luces en las investigaciones históricas, con lo cual me tomo la licencia de distraer sin remordimientos su atención.
La casa calle de la Princesa (ó del duque de Liria, como entonces se llamaba) núm. 6, fue adquirida por mi padre de la venta de los bienes del patrimonio real, cuando el célebre Rasgo de doña Isabel de Borbón. Los títulos de propiedad de la misma, que siempre poseí, fue la escritura de compra-venta, otorgada ante el notario D. Claudio Sanz y Basea, en Agosto de 1865, los pagarés firmados por mi padre al otorgamiento del contrato y recogidos á los vencimientos de los plazos, y... aquí paz y después gloría; el patrimonio se reservó (si los tenía) los antiguos títulos; la finca fue enajenada en virtud de una ley hecha para el caso; no hubo cuentas que dar á los nuevos poseedores y el vendedor no era un contratante cualquiera que debía darlas. Por consiguiente, anterior á la fecha de la escritura, no sé nada; carencia de datos; oscuridad total; silencio completo; esa realidad brusca que de tal modo desespera á los investigadores.
La primera pregunta que surge después de esto es la siguiente: ¿Desde cuándo y por qué género de adquisición pertenecía la finca al Patrimonio?
Debía ser la posesión antigua, los moradores que nosotros hallamos en la casa éranlo también en su mayor parte, siempre fueron inquilinos del Patrimonio y sus antecesores inquilinos del Patrimonio igualmente. Era aquella casa, y ha seguido siéndolo hasta su demolición, como propiedad de sus habitantes; se casaba la hija de uno de ella, y se la acomodaba en un cuarto de la misma; y allí había padres é hijos, nietos y abuelos, tíos y sobrinos, amoríos entre la vecinita A y el hijo del vecino B, se cuidaban en sus dolencias, se consolaban en sus aflicciones, se cuidaban mutuamente la habitación y los alimentos en las forzosas ausencias del trabajo, se tiraban del moño cuando tenían sus razones para ello, y aquella vida casi en común era antigua, era inmemorial. La casa, pues, venía siendo constantemente del mismo dueño, pues que la sociedad que cobijaba no conoció uno anterior. Aquella sociedad debía contar algunas generaciones, pero ¿cuántas? Esa es la cuestión.
Todos sabían del Duende; á todos oí hablar de él en las visitas que hice con mi padre en la toma de posesión del inmueble, pero sabían poco y sabían por tradición: nadie le había conocido.
Se aceptaban allí dos cosas con autoridad de cosa juzgada: la antigua presencia del Duende y la existencia actual de un tesoro. ¡Un tesoro! Siempre creí en él, solo que las comadres, nuestras nuevas inquilinas, le creían compuesto de doblones y yo le creí siempre compuesto de recuerdos, y con la triste evidencia de que se perdían sin conocerlos; y así, cuando un contratista de derribos hizo caer los viejos muros, me consta que más de una y más dé dos de las desahuciadas vecinas venían rondando alrededor de la valla: yo había buscado antes que ellas.
Había buscado el origen de la casa. Tengo un plano (mejor un borrador) hecho por mí misma de lo que fue la casa. Era una antigua vivienda de inmensos salones, atestiguados por la moldura que decoraba sus techos, divididos después por los administradores del Patrimonio sin duda, y aun por mi mismo padre, para convertirla en cuartos pequeños; aquellas señales no dejaban lugar á la más leve duda, como su escalera grande, espaciosa, toda de piedra; su piso principal, su construcción, en fin y su mal gusto denunciaban que se hizo aquella casa en el siglo XVII, cuando vino aquí la corte y Madrid dejó de ser un lugar de cuatro chozas. Adquirí el convencimiento de que no se hizo para casa de vecindad como yo la conocí; sirvió para albergar grandezas de aquellas que se contentaban con muros cubiertos de yeso y embaldosado de ladrillos, pero al fin grandezas: cada época tiene las suyas.
Dije antes que los vecinos á quienes yo hablé no conocieron personalmente al Duende: le conocieron de oídas, y este es un detalle importantísimo para usted, como voy á demostrarle. Susurrábase que por tradición sabían que el Duende era una asociación de “monederos falsos”, y esto es para usted también otro detalle de importancia. Allí sin duda se tomaba á los francmasones por monederos. ¿Por qué no? ¿Es cosa imposible? La sociedad secreta, fuera de la ley, toleraría inevitablemente que así se la calumniase, porque no se podía defender. Que no conocían el Duende mis primitivos inquilinos es importante, lo repito. Yo conocí la casa en 1865; de esta época á la de 1853 sólo van doce años; allí tenía yo inquilinos de 1840 y “no conocieron personalmente al Duende”. Aún me parece próxima la fecha de 1817, y creo, como usted, que los francmasones pudieron reunirse allí (pasando por monederos falsos, como decían las comadres) mucho antes de 1809.
La casa se llamó del Duende en nuestros días; tenía cierta fama y no hay escritos antiguos (dentro de la antigüedad del repetido inmueble) que mencione la casa con esa denominación; yo los he buscado. Luego la denominación es moderna; el Duende no había nacido en el siglo XVII, cuando se alzaron aquellos muros que ya no existen, y ellos solos supieron la parte de verdad en que se fundaron las antiguas narraciones.
La casa tenía un sótano con galerías de varias dimensiones, y allí pudo esconderse ¡sabe Dios quién! Parecía predestinada aquella mansión: yo misma he conocido unas sombras que se escondieron en el referido sótano huyendo de la muerte: eran quince ó veinte hombres vestidos de soldados, y entre ellos uno con las insignias de teniente general, escapados del cuartel de San Gil el 22 de Junio de 1866. Y al fin, siendo propiedad mía heredada de mi padre, porque tenía una fachada en mal estado de conservación y nuestro Ayuntamiento no tenía plano de alineaciones y no quería darme líneas para una nueva fachada, me obligó á derribarla el año 1883.
Antes de entregarla á la piqueta levanté un plano de ella (como antes dije); penetré en una tienda y me llamaron la atención dos pilastras de piedra embebidas en una traviesa; mandé hacer un boquete, y penetrando por él llegué á un local, en aquel tiempo carbonería, pero que había sido una capilla expresamente construida al efecto. Si en vez de historia escribiese usted una novela, yo le aconsejaría que colocase allí el lugar secreto donde la Logia se reunía; pero esto no lo sabemos y no lo podemos afirmar y yo soy escrupulosa hasta el extremo cuando de verdad histórica se trata. He dicho eso porque aquel lugar era de sombras, de tinieblas, de recogimiento religioso ó á propósito para morada de los duendes. Sentí tener que abandonarla, pero cada tiempo, cada época tiene sus exigencias, y había llegado la hora de que la casa del Duende pagase todas las que debía, y las pagó en efecto.
He hablado mucho y he dicho muy poco. Eso es lo que sé y eso es lo que sospecho. ¿Quiere usted que tratemos de investigar en los archivos de Palacio? Estoy dispuesta á ayudarle en todo.
Y ahora perdóneme usted el dolor de cabeza que le habré causado; y tengo el gusto de repetirme su muy afectísima segura servidora, que besa su mano.
Isabel Muñoz Caravaca.

Añade Nicolás Díaz Pérez: "La carta anterior es un documento curioso que no hemos querido despreciar al tratar de uno de los edificios que tantos recuerdos reúne para la historia de la Francmasonería española".

16 de mayo de 2010

Las Juventudes de Izquierda Comunista

Pegatina de las Juventudes de Izquierda Comunista (Archivo La Alcarria Obrera)

Los grupos y partidos políticos de la extrema izquierda de los años 60 y 70 del siglo pasado se nutrieron, muy principalmente, de jóvenes trabajadores y, sobre todo, estudiantes. La oleada revolucionaria de 1968 puso en evidencia que la juventud era un sujeto político que rompía la vieja dinámica de clases sociales y asumía un descarado protagonismo en la agitación revolucionaria de aquellos años convulsos. Las distintas corrientes de la izquierda radical, algunas sin recambio generacional desde hacía años, se vieron impulsadas de nuevo por la actividad de miles de jóvenes que nutrieron sus filas. La Organización de Izquierda Comunista, grupo marxista heterodoxo de influencia consejista, organizó en 1977 su rama juvenil, las Juventudes de Izquierda Comunista, que se presentaron en público con este folleto, ¿Qué son las JIC?, que ahora reproducimos.

¿Qué son las Juventudes de Izquierda Comunista?
¿En qué momento aparecen las JIC?
Ciertamente es reciente nuestra aparición. Es breve nuestra existencia pero hondas nuestras raíces, igualmente somos poco conocidos en el momento actual, pero ese espacio que ocupamos, el de la Izquierda Comunista, arranca de la primera experiencia donde la Revolución Socialista demostró su esencia real y no el calificativo bastardo de Utopía.
En efecto, muchos de los que leáis por primera vez este librillo político desconozcáis por completo lo que las JIC proponen, defienden y proyectan construir porque también es cierto que la revolución en España nos ha alumbrado con excesivo retraso.
Las JIC hemos aparecido no por aumentar en una más las múltiples siglas que hoy componen el espectro político en el Estado Español sino por hacer nuestra esa ley del desarrollo de la historia que afirma que el “proletariado y las capas populares construyen las vanguardias que les son necesarias para continuar avanzando en su lucha por la Revolución”.
-Las JIC aparecemos en un momento de inexistencia de alternativa política para la Juventud.
-En un momento de debilidad y reflujo de la Juventud.
-En un momento de estancamiento y retroceso de la actividad política y social del joven.
-En un momento donde las vanguardias históricas (con más tradición, se entiende) han abandonado, al igual que los partidos que las han construido, la coherencia política, la teoría marxista y la práctica revolucionaria.
-En un momento donde es vital por el futuro de la organización, la lucha y el desarrollo de un potente movimiento juvenil, una alternativa clara, visible, real y revolucionaria.
¿Qué diferencia a las JIC de la historia pasada y del resto de Organizaciones Juveniles?
Nos diferencia:
1º Una línea de actuación que trata de construir en la juventud una identidad social que señala las vías de lucha y alternativas de transformación a la situación de opresión política y explotación.
2º Una intervención entre la juventud que no se limita a calcar las propuestas que los partidos han venido haciendo y que las diferentes vanguardias juveniles que dependían de ellos han encajado como fuera entre la juventud, sino un método que partiendo de las necesidades, contradicciones e intereses de la juventud nos ha permitido elaborar un proyecto político juvenil con claros puntos de conexión con los objetivos revolucionarios de los trabajadores.
3º Un programa revolucionario actual y estratégico, o sea, de objetivos que sí configuran lo que ha de ser la lucha de la juventud por el socialismo.
4º Una voluntad de construir una juventud revolucionaria, y no sumisa y rendida a los intereses de los capitalistas en su fase actual de democracia-burguesa.
5º Una Organización en la que predomina la democracia interna; que se niega al burocratismo; en la que igualmente predomina el debate y la elaboración colectiva y el centralismo democrático como instrumento de construcción de una moral unas estructuras fuertemente comprometidas con la causa revolucionaria. Un no rotundo al estalinismo opresor y que arranca la creatividad e impone el dominio de la jerarquía individual al colectivo.
Nos diferencia así mismo:
6º Nuestra negativa a utilizar esquemas fáciles y preconcebidos en el análisis de la situación de la juventud, y por eso permanentemente mantenemos un estudio y una profundización del comportamiento, las prácticas y la lucha de juventud para poder realmente asumir el momento que vivimos y por tanto la dirección política que hoy exige la debilidad de la juventud.
Las JIC, por último, somos un Frente de lucha más en las múltiples tareas revolucionarias que hoy tiene planteado el proletariado y una escuela de aprendizaje de los mejores dirigentes juveniles y obreros con unos caracteres inconfundiblemente comunistas.
Un Programa Revolucionario para construir una Juventud Comunista
Las JIC luchamos:
-Por la construcción de una sociedad socialista que acabe con la existencia de la explotación capitalista sobre las capas más humildes e instaure la dictadura del proletariado con una forma de Estado basada en los Consejos Obreros como formas de poder popular.
-Por la construcción de la unidad de todos los explotados de la Clase Obrera y el Pueblo Trabajador en un solo Bloque Anticapitalista y Revolucionario, que bajo la dirección del proletariado unifique los objetivos revolucionarios y ponga en marcha a las capas y clases explotadas hacia la Revolución Socialista.
Las JIC defendemos:
-La Autoorganización de los trabajadores basada en las Asambleas y en la democracia directa.
-Contra todo intento de división de la clase, la Unidad Obrera en Asambleas, consejos de fábrica, Asambleas de delegados, Coordinadores de delegados, es decir, toda forma de democracia real y de autoorganización.
-La lucha política de la Clase Obrera y el Pueblo Trabajador caminando hacia la Huelga General que abra un espacio revolucionario y permita a los trabajadores acabar con la máquina del Estado burgués y levantar el Estado Proletario.
Las JIC y su programa de lucha juvenil
Defendemos:
La democracia directa y la Autoorganización de la Juventud contra todo intento de burocratismo y de sustitución del protagonismo de los jóvenes.
La juventud ha de platearse una lucha permanente por acabar con la explotación, marginación y discriminación de la que es objeto en la sociedad capitalista, y por tanto su lucha será desde hoy por ampliar el margen de libertades políticas totales para el joven y conquistar permanentemente el conjunto de reivindicaciones políticas, económicas y sociales que hoy el capitalismo reprime y niega.
De reivindicaciones políticas:
-Por la mayoría de edad a los 16 años.
-Por las libertades máximas de expresión, reunión y manifestación.
-Por la amnistía total.
-Por la legalización de las Asociaciones Juveniles, las organizaciones políticas juveniles y de todos los partidos obreros.
-Por el castigo a los criminales de la juventud y de todo el pueblo trabajador.
-Por la disolución de los cuerpos represivos.
-Por la desaparición de los reformatorios de menores y los tribunales tutelares.
-Amnistía para todos los presos juveniles hoy en los reformatorios.
-Por la desaparición de la OJE.
-Por la devolución de los patrimonios, albergues, fondos materiales, campamentos, etc. a los representantes legítimos de la juventud.
-Por un servicio militar reducido al tiempo de instrucción y en el lugar de residencia.
-Por la desaparición del servicio social.
-Por las máximas libertades en el ejército.
De reivindicaciones sociales:
-Por la desaparición de la patria potestad a partir de los 14 años.
-Por la penalización de los castigos físicos a la juventud.
-Por la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer.
-Por el matrimonio civil y el derecho al divorcio.
-Contra el autoritarismo de la familia, en la escuela, en la fábrica, en el ejército.
De reivindicaciones materiales:
-Por una enseñanza gratuita, estatal y obligatoria hasta los 18 años, combinados con el derecho al trabajo del joven.
-Por unos salarios dignos y suficientes para el joven.
-Contra el paro juvenil. Un joven, un puesto de trabajo.
-Por la igualdad de horario y salarios del joven trabajador.
-Por la instalación de centros deportivos en cada barrio, campamentos de invierno y verano, en base a fondos estatales y en manos de los jóvenes.
-Por la instalación de centros culturales, locales, bibliotecas, con medios y subvención estatal para la Juventud.
-Por la existencia de “Casas de la Juventud”, regidas por los jóvenes, y con fondos del Estado para su mantenimiento, para la residencia en ellas de jóvenes que por su propia voluntad o por cualquier otro motivo carecían de lugar donde vivir.
Contra todo tipo de represión:
-Política, ¡Abajo la represión!
-Cultural, ¡No a la censura burguesa!
-Social, ¡Abajo las cárceles de jóvenes!
-Sexual, ¡Por una sexualidad libre!
-Laboral, ¡No a la discriminación por razones de edad o sexo!
La Unidad de la Juventud: ese objetivo actual
Este programa, este planteamiento político de lucha y de intervención revolucionaria, esta organización comunista que es parte de la juventud y que ha surgido de sus luchas y con sus más cualificados y mejores luchadores, desde hoy sostiene un proyecto inmediato y a la vez permanente que todos los jóvenes habremos de conquistar.
Este objetivo no es otro que el de conquistar:
-Nuestra Unidad en la práctica diaria.
-Nuestra Unidad en un programa tras el cual consigamos que la juventud cobre el carácter revolucionario que la historia precisa del joven.
-Nuestra Unidad en unas formas de organización que sean presididas por la única y democrática vía de construcción de nuestra autoorganización juvenil (la asamblea, la democracia directa, la representatividad política y no burocrática).
-Nuestra Unidad que acabe con las diferencias y las barreras que se alzan entre los jóvenes explotados en diferentes grados y con distintas técnicas capitalistas (estudiantes, aprendices, campesinos).
La lucha por la Unidad de la juventud empieza hoy tras un solo objetivo: El Socialismo, con los métodos que únicamente garantizan las conquistas antes, durante y después de las luchas: la movilización, la acción, la práctica política constante y con el único programa que recoge las reivindicaciones sociales y políticas y económicas de los jóvenes a la vez que incorpora y proyecta nuestra lucha como sector explotado a la lucha general de la Clase Obrera y el Pueblo Trabajador.
La unidad es hoy la posición política de quien entiende que somos carnada fácil para la burguesía si continuamos dispersos y ausentes de la lucha por nuestras reivindicaciones y faltos de la conciencia política capaz de dibujarnos el espacio real político que los jóvenes hemos de ocupar para acabar con esta explotación y opresión que no se verá resuelta en ninguna pacífica democracia burguesa sino en el Estado Socialista de los Trabajadores, cuando la explotación se haya reducido a cenizas.
Juventudes de Izquierda Comunista