La Alcarria Obrera fue la cabecera más antigua de la prensa sindical en la provincia de Guadalajara en el siglo XX. Heredera del decimonónico Boletín de la Asociación Cooperativa de Obreros, comenzó a publicarse en 1906 y lo hizo ininterrumpidamente hasta que, en el año 1911, dejó paso a Juventud Obrera.

El odio de la burguesía y el terror al que fueron sometidas las clases populares provocaron su total destrucción: hoy no queda ni un sólo ejemplar de ese periódico obrero.

En 2007 recuperamos La Alcarria Obrera para difundir textos fundamentales y originales de la historia del proletariado militante, con especial dedicación al de Guadalajara, para que sirvan de recuerdo histórico y reflexión teórica sobre las bases ideológicas y las primeras luchas de los trabajadores en pos de su emancipación social.

26 de diciembre de 2007

Fábrica de Harinas Las Mercedes de Mondéjar

Propaganda de la Fábrica de Harinas Las Mercedes, Mondéjar, hacia 1899 (Archivo La Alcarria Obrera)

Si la industrialización española se produjo con evidente retraso, en la provincia de Guadalajara no se impuso, y brevemente, hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, frustrada por la Guerra Civil la incipiente expansión económica nacida al calor de La Hispano. En unas comarcas cerealistas, las fábricas de harinas sustituyeron a los tradicionales molinos y se convirtieron en la punta de lanza de la modernización industrial de la Alcarria; sobre todo si además producían energía eléctrica. Ese fue el caso de Las Mercedes, situada en el término municipal de Mondéjar y cuyo propietario, el militar Francisco Ampudia, encargó en 1897 las adaptaciones necesarias a la sociedad Planas, Flaquer y Compañía, de Barcelona y a Antonio Pellés, de Guadalajara. Concluidas las mejoras, difundió este prospecto informativo, magnífico testimonio del mundo rural alcarreño de finales del siglo XIX.

Esta magnífica y renombrada fábrica se haya situada en las márgenes del río Tajuña y en los confines de las provincias de Madrid y Guadalajara, dotada de una buena maquinaria y en condiciones de poder competir con las mejores del país, ha vuelto a abrir al público desde el 1º del corriente por cuenta de su propietario D. Francisco de Ampudia.
Constante su dueño en hacer todo el bien posible en beneficio del público no ha omitido gasto ni sacrificio alguno para llenar completamente sus deseos.
Sin embargo de estar dedicada la fábrica a producir electricidad para el alumbrado de algunos pueblos, se han mejorado sus condiciones como fábrica de harinas para que todo el que desee visitarla salga completamente satisfecho, tanto por la abundancia de panes que por cada fanega pueda darse como en la clase de harinas para los panaderos, desde las llamadas de flor hasta las cuartas.
El gran desarrollo y velocidad en sus potentes máquinas hace que la permanencia del público en la fábrica sea poco molesta por la brevedad en su elaboración.
Comprendiendo el dueño los sacrificios que cuesta al jornalero el reunir una cantidad para la compra de una fanega de trigo, tiene dadas órdenes severas para que tanto el señor administrador como el personal afecto a la fábrica cumplan honradamente con su misión, pudiendo estampar en un libro, que se pondrá a disposición del público, todas las quejas o reclamaciones a que el parroquiano se considerase perjudicado en sus intereses; al efecto el dueño agradecerá que todo el que vaya a moler en su referida fábrica pese sus trigos antes de moler y después de molturados y exija al señor administrador el talón de lo que se maquila.
Incansable el dueño en sus decididos propósitos de mejorar la triste situación porque atraviesa la clase proletaria, ha decidido mandar construir en el extranjero unas básculas automáticas que por su fidelidad serán las mejores defensoras de los intereses de todos los que honren la fábrica haciéndose sus parroquianos.
Todo el que desee acopiar trigos y conservarlos por el tiempo que tenga por conveniente, tiene derecho a guardarlos en los magníficos graneros que existen, y que en breve se construirán, sin más retribución para el dueño que la de molerlos en la expresada fábrica.

2 comentarios:

Sergio Velasco Gigorro dijo...

¿De qué fecha es el artículo de la fábrica de harinas de las Mercedes de la Alcarria Obrera?

Antonio Arbeig dijo...

Aunque la hoja publicitaria no tiene fecha, se publicó entre 1898 y 1900, dentro de la crisis agraria del fin de siglo. Luchaba en esos años de malas cosechas por conseguir el mayor número de clientes en dura competencia con otra fábrica que estaba aguas arriba del Tajuña, en Ambite (Madrid).